lunes, 22 de octubre de 2018

Dónde y cómo



Algunas noches riego las plantas de exterior y hablo con el dragón gordo mientras la luna se macera en naranjas y nubes. Le pregunto -cortesía obliga- por sus hijos pero él es un reptil medio anfibio y huye a la terraza del vecino.

La plaza es un río de árboles con bares en su ribera de siete colores distintos. Hay trabajos verticales en el edificio contiguo en el momento único fugaz en el que una mujer única y perpetua está tomando desnuda el sol.

Me registro los bolsillos para encontrar donde fueron esos sueños fugaces de antes de amanecer, y encuentro monedas mínimas, algún recibo de la gasolinera del barrio y un tornillo chato y medio bizco, pero ninguna pista que me indique cómo llegué hasta aquí.


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