Junto a las pequeñas botellas
de arena rubia etiquetadas
en dunas anteriores,
junto a la crasa que gira
en busca de la luz
como todos los seres vivos,
a la altura redimida de azoteas
y montañas, al borde mismo
de sí mismo, con los pies testigos
de ese torpe vagar discontinuo,
allí la libreta garabateada
y la música humilde de bellas folksingers
rasgando el cielo protector desde su base
con palabras que nunca llegan a mojar
como ocurre afuera
en este pedazo de intemperie.
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