Hasta donde estoy
me llega
la violencia absurda de esta calma
hecha de cielos enajenados
de invisibles pasos
que no convocan camino
de polvo y sudor
ajeno a mí y en mí.
Parálisis en la frontera.
Mover el cuerpo.
Echar las ropas al cesto
de lo efímero o pasajero.
Mirar
........... y ver.
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