Llegan
turba de sudores
buscando sus iguales.
El agua del mar
huele a yeso
y pierde sal
por las sombras que la cubren.
Absorben el tedio
que no conocen
como si fueran esponjas.
Gritan
y se mueven
como si fueran mejores.
Repiten
los esquemas
que les llevaron allí
en el pasado.
Por el lado marítimo
pasean sin camisa
y llaman Pepe
al negro del top manta.
Tienen este año
tres palabras aprendidas.
En los bares
se sienten
tan empáticos
a la hora de pagar.
Duermen
mejor que yo
y despiertan
menos cansados.
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