ecosistema
estiro las sábanas y son
las cuatro de la tarde del
primer y luminoso
día que inicia marzo
intento aplanar la superficie
con mis manos pequeñas
los surcos se rebelan
quieren permanecer
marcar la huella que los cuerpos
dormidos y exhaustos
dejaron en su azogue
me limito a lo esencial
mantener el ecosistema:
las arrugas, los restos de piel,
el olor de dos cuerpos que fueron
masa confusa
esperando una terca primavera
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