La mujer eremita nos indica el camino,
los surcos de su cara nos interrogan:
¿por qué los 41 años, por qué
este sueño arcano que no sabe de ciclos,
por qué yo no madre, no amante, yo
la comida a la una en punto?
los surcos de su cara nos interrogan:
¿por qué los 41 años, por qué
este sueño arcano que no sabe de ciclos,
por qué yo no madre, no amante, yo
la comida a la una en punto?
Desde su altura de cipreses
nos corrobora, acompaña
con su voz cualquiera de estos pasos
que se enraizan en la tierra
con la firmeza de las vides
y se sienta en el banco de piedra
a esperar la noche
donde invento un poema
en el que la mujer eremita
cuenta estrellas puras en la noche ancha
veinte días antes del solsticio.
nos corrobora, acompaña
con su voz cualquiera de estos pasos
que se enraizan en la tierra
con la firmeza de las vides
y se sienta en el banco de piedra
a esperar la noche
donde invento un poema
en el que la mujer eremita
cuenta estrellas puras en la noche ancha
veinte días antes del solsticio.
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