viernes, 20 de julio de 2018

Sant Joan del Codolar




La mujer eremita nos indica el camino,
los surcos de su cara nos interrogan:
¿por qué los 41 años, por qué
este sueño arcano que no sabe de ciclos,
por qué yo no madre, no amante, yo
la comida a la una en punto?

Desde su altura de cipreses
nos corrobora, acompaña
con su voz cualquiera de estos pasos
que se enraizan en la tierra
con la firmeza de las vides
y se sienta en el banco de piedra
a esperar la noche
donde invento un poema
en el que la mujer eremita
cuenta estrellas puras en la noche ancha
veinte días antes del solsticio.




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