Los tranvías tienen
un alta capacidad de misterio.
Llevan personas a sitios
unen lugares con la ternura
de una hoja caída
en su estación.
Trepan o engullen. Acercan
las tretas arduas del amor. Saben
de viejos y dolor
de puentes que cruzaron
una vez hace ya tiempo
mucho tiempo.
La noche les respeta, no duelen
pero atraviesan
como si fueran fósiles vivos
en ciudades dispuestas
a alargar el siglo. Suenan
a voces tibias del pasado
desde la cama sedienta del ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario