Yo era entonces un labio
descosido
de alguna puerta que entreabría sus alas
en trapecios a una altura fósil,
como de nacer hacia atrás a cada nueva rutina.
de alguna puerta que entreabría sus alas
en trapecios a una altura fósil,
como de nacer hacia atrás a cada nueva rutina.
Y tenía una carreta de
palabras
aguardando el desbroce,
no muchas, palabras, pero eran
grandes, palabras como puños,
con letras que mostraban su huida
a pasajeros de vuelos cancelados,
sus heridas pequeñas,
a las pocas personas que se acercaban a mirarlas.
aguardando el desbroce,
no muchas, palabras, pero eran
grandes, palabras como puños,
con letras que mostraban su huida
a pasajeros de vuelos cancelados,
sus heridas pequeñas,
a las pocas personas que se acercaban a mirarlas.
Aquellos
días, miércoles flojos y considerables,
ahondaban la fosa, quemaban más despacio.
Yo y mis padrastros, cogidos de la mano,
reptando hacia versiones oscuras de nosotros,
caminando dedos con dedos, y erosión a los lados.
ahondaban la fosa, quemaban más despacio.
Yo y mis padrastros, cogidos de la mano,
reptando hacia versiones oscuras de nosotros,
caminando dedos con dedos, y erosión a los lados.
El pasado es
una mancha reciente
que humea y deja su olor en la casa.
Son sardinas escuálidas en el ahora
las que vienen a perdurar en mochilas
archivadas con etiqueta pendiente,
en raíles raídos de intemperie
donde se reposan los restos
de lo que un día no fuimos.
que humea y deja su olor en la casa.
Son sardinas escuálidas en el ahora
las que vienen a perdurar en mochilas
archivadas con etiqueta pendiente,
en raíles raídos de intemperie
donde se reposan los restos
de lo que un día no fuimos.
1 comentario:
Gran poeme Eloy. Feliz verano y enhorabuena por tus éxitos.
Conbesos
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