Como una inevitable cita llegó el tedio
—desprovisto e inerte—
secuestró tu palabra,
y casi como la ropa tendida
que se conforma ingrávida y sin suerte,
te reclamó perfecto.
Tú negaste el zumbido del otoño
y la nieve templada.
Con palco de tribuna y frágiles excusas
te cosiste la vida de invisibles instantes
que ya no reconozco,
ahora me estremece el día a día
porque ya no tenemos cadencia ni equipaje
y la abismal rutina empapela y subraya
las sonrisas cansadas,
no hay baúles ni puertas para cerrar el tiempo,
tampoco las concéntricas costumbres
que enlazan un amor desahuciado.
(¿Cómo no sentir pánico de esta insolente nada
que me viste blanquísima, extraña y circunstancia?)
Yo sólo quise ser tu plural más amable
Paloma Corrales
alcoba paralela
.
Gracias por la recomendación bloguera, por lo pronto veo que tiene mucho gusto.
ResponderEliminarBesos
Cita
¡Caramba! Recién llegada, después de unos días ausente, me encuentro esta sorpresa: gracias, Eloy, muchas gracias por compartirme. Un honor.
ResponderEliminarBesos.
Como todo lo de Paloma, buenísimo.
ResponderEliminarSabes elegir, gracias, y un abrazo para cada uno
Es siempre un lujo leer la poesía de Paloma. Que gusto exquisito!
ResponderEliminarUn abrazo para ambos.
Leo
Paloma además de ser una amiga de las de enmarcar escribe una poesía que a mí me llega siempre y eso debe significar que es buena ;) bueno más bien buenisísima
ResponderEliminarBesicos a los dos