Hablaron, sí, hablaron,
la noche se incendió de preguntas,
los antiguos monosílabos encallados
se tornaron torrentera de reproches
y un rumor de adiós y hacia adelante
en sus labios de mujer de aire
fueron para él la señal que quebraba el camino
del que no se puede regresar.
En la descripción gráfica del desamor, existe (también) la palabra irremediable.
ResponderEliminarMuxus.
Cuántas veces los silencios presagian ausencias. El desamor anda al acecho y pasa quedamente.
ResponderEliminarHermoso texto, compañero!
Una ruptura tan triste y qué bonita la haces.
ResponderEliminarSi alguna vez pregunto, calla, calla. Y así la geografía no tendrá que aprenderse en los adioses y se armará en los cuerpos.
ResponderEliminarA veces hay remedio...
Qué decirte, el desamor es uno de los riesgos que asumimos cuando damos todo por quien amamos.
ResponderEliminarSaludos
Y en esa geografía del desamor, se crece cuando se llora, y se cierra el silencio de la herida, para sembrarnos quizás mañana, de nuevo tiernas la esperanzas de que el amor vuelva a acariciarnos en tierra limpia…
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