sábado, 14 de diciembre de 2019

Palárbolas


Los árboles siguen allí
con sus brazos clamando cielo
sustento de las horas que no tienen un nombre
resistiendo a la vida súbita y al impacto de los datos

a pesar del embudo que embauca a las serpientes
a pesar de las revoluciones por minuto
de los teoremas limpios de sarcasmo
del crujido que se adosa a toda muerte
a pesar de los horarios
convertidos en dogma
de la savia impura
que poliniza cicatrices
de plomo y bulto.

Contra la banal importancia de lo inútil
un árbol se despereza
contra la melancolía astrónoma
fundadora de idiotas
el tierno aviso de los pájaros
antes del llover
contra la estupidez como moda viral
contra el trueno marcado
con dos xx y un señuelo
contra el tedio del urbanista
contra la estirpe de los que dañan

anuncio ya
desde aquí y desde hoy
con toda la rimbombancia interuniversalplanetaria
El Primer
Congreso
Mundial
de Árboles.




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