lunes, 21 de octubre de 2019

Desierto rojo


Es la memoria aquella pisada
huella ineludible a la que el barro del caminante
deja su impronta de tiempo.
Éramos.
A veces con descaro
la noche y la ventana
la palabra algarabía
actores de una extensa historia
química y legado
la alfombra voladora trizada
por las agujas sagaces de los ciegos creyentes.
Dimos vueltas lunares a la bajamar de piedra
narcotizados por enzimas poderosas
la memoria aún
no era una palabra plena
los faros ascendían seguros
desde las ensenadas
abrían sus luces para nosotros
hojas de plata a ambos lados del deshielo.

Imaginar la playa. Elegir
nuevas simbiosis
para los días infértiles.
El desierto
también puede ser una casa.




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