Retorno
a tu primigenia
luz, como de ébano,
sin saber yo
su vertical preludio,
esa sonora insensatez
con que me has
intoxicado.
Yo, tan seguro,
tan regular,
tan raudo,
tan
veloz y a la vez
tan sin ti ensimismado,
vendedor de nubes
y vientos, silencios
que nos enlazan
en la duda
pertinente y confusa,
la deuda que ya
es un apenas sin porqués,
toda inundada de blancos,
fin y algarabía,
la tuya,
ya plena de luna
sin lecho ni polvo
de estrellas en su origen.
Como siempre tu poesía, tus imágenes, hacer ver con detalles la escenan que narran tus versos.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un abrazo.
Leo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe gusta la sensualidad que desprende tu poema.
ResponderEliminarY cómo escribes.
Me quedo por acá.