la luna deportada
Una noche, antes de cenar, bajé a la calle, a capturar la luna con mi cámara. La luz del crepúsculo azul era optimista y hasta la cansada luz anaranjada de las farolas parecía ocultar en su destello una promesa.Ahora, en mi desobediente ordenador, tengo la luna de portada.
preciosa la luna jugando
ResponderEliminarcon la luz de un farola
y las ramas de un árbol