miércoles, 30 de septiembre de 2015

La voz que me dice


de pronto un lento
desacompasado
batir de alas

en la salvaje senda de lo oscuro
nos hemos refugiado
ávidos de nutrientes y coraza

me desvisto en movimiento
tropiezo con imanes dispuestos en hilera
me han exigido la vida a través 
de la puerta amordazada

en el espacio entre dos silencios
hay otro silencio más fértil
más deseado

solo la voz que me dice
tiene respuestas
exige vigilias y amplios
períodos de cordura

saber el tiempo que va a ser
horadarlo con hechos que redunden

describir la vida
como un idioma oficial
intraducible





sábado, 26 de septiembre de 2015

Tormenta de verano


Una tormenta de
verano
........es una
ventana de prisa
una luz inquieta
que tintinea
en los pasillos 
de la demora

allí está el aire
los días pasados
la mujer que recoge la ropa
y se anuda el vestido
empapado en agua nueva

los pechos se desatan
la vida los recorre
un nudo líquido
se derrama hacia afuera

la noche 
exhibe furias
que serán rescoldos
y tibio aroma de mujer



........

domingo, 20 de septiembre de 2015

[Tu figura en la tormenta]


Tu figura en la tormenta
desvanece hemisferios
en decenas de pasos caminados
escenas que reabren su envoltorio
ramas dejadas al desdén
en el suelo dorado de algún bosque.
Los bordes de la savia
saben de tu fuerza
de motores encallados
en tardes larguísimas
que regresan a la tierra
que nos ha cobijado.
Como agujeros lúcidos
despierta la aventura
que es vivir el tiempo
en una ciudad y un espacio
habitar un cuerpo henchido
a golpes renovado
a golpes fríos de un ángel
que desdice la línea quebrada
de una noche que deja
helados los párpados del ahora
cuando caminas sin luz
y el horizonte es un desierto huraño.
Me abrazo a ti
como al animal que eres
a la loma al páramo
al continente
al azar que nos ha convertido en álamos
en ríos que fecundan su ribera
a trozos de vida por vivir
en lugares propicios
abiertos al amor y al desencanto.
Desde mi altura
de hombre incompleto
ayudo a izar las banderas
que mojará tu lluvia
la caída lenta el rápido alzado
de tu vértigo
la desgana que tropieza.
No basta animal veloz
a fuego y ansia
no la cama
y una fila de sillas en eslora
ardiendo en la voz
como arde el sueño.
Tus pupilas rojas
me alimentan de daño
la estación está sola
y hay que llenarla de esperanza .





lunes, 14 de septiembre de 2015

[los peligros son extensos]



los peligros son extensos

básicamente

una horda de trampas añadidas
al pacer inmóvil bajo una escalada
de salientes al paso de roedores
entallados año a siglo por culturas
boquetes de una sola mirada
caballos de acero a distancia de agua
fuentes secantes con grito incorporado

el tiempo
asesino ensimismado


los peligros se superponen

peligrosamente

arden subterráneos con jirones de febrero
acaban su mes pero el hijo no viene
 miran a ventana superpoblada de
hasta aquí las encías hinchadas
todo el rastro que nos hace temblar
y es un peligro que viene desde lejos

peligra su especie cuando el amor se queda
vence una tregua que remite a lo oscuro
-mientras beso en su boca
el espejo se alarga-
y resulta inútil cualquier noción de resistencia
porque hemos venido descalzos
insuficientes
sembrando en huertos la ciudades nuevas






jueves, 10 de septiembre de 2015

[Qué quedará de esta noción de nube]


¿Qué quedará de esta noción de nube?

¿En qué mochila guardarán las cribas
que desmoronan al ser?

y callarán sus bocas
por una espuma de siglos

y vencerán las muecas
alzándose como coronas
al fin

porque vendrán de pronto
a manejar nuestros últimos capítulos
con una amnesia selectiva
y poderosa. Crecerán
sellarán los tallos verdes
como lo hicimos
nosotros. Buscarán el amor
con todos los detalles
como cuando eran niños y escuchaban
después de la hora del patio
sudorosos y excitados
aquellas extrañas palabras
que les hablaban de armas
y de futuro.



martes, 1 de septiembre de 2015

[Para llegar a esta inútil teoría]


Para llegar a esta inútil teoría
hemos hilvanado caminos a pasos indios de acordeón
doblando las hechuras a cada intermedio
dejando señales en los márgenes de los mapas para encontrar
el regreso a cuerpos que nos desconocían.


Para ser más altos
nos hemos duchado en hoteles
que precintaban los tallos en sus jardines
con una cinta roja imitando geranios
o los colores de ciertas flores raras tan carnívoras
como esta terca esperanza de sobrevivirnos.


Y hemos jugado a parecer mejores
con un empeño digno de efectos especiales
ante gentes incrédulas que despertaban vestidas
e iniciaban el rito con una mueca de madera.


Donde se difumina el tacto
hemos puesto tiras de terciopelo añil
y enormes globos de distintas tonalidades
que explotaban al mirarnos atravesar
la línea básica de cualquier mínimo desencanto.


Y ahora estamos en el lugar de nadie
trenzando una cola de espumas a velocidad de reptil.
Rozamos el apocalipsis como quien toca un cuerpo
y vuelve para empezar la extinción de lo que perece
con un salto medido que haga
desaparecer todas las banderas y casi todos
los sistemas nerviosos centrales.


Y extirpar la melancolía con las mejores cerezas.